Mujeres que Inspiran
- Rafael A. Goyoneche
- 8 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Me gusta mucho la mitología, pero he de reconocer que trata a las mujeres e la peor manera. Existen casos como en la mitología griega, donde hablan incontables veces de violaciones, infidelidades y más sin llamarlos así realmente. Lo que esos hombres asían no estaba mal visto. En el antiguo Egipto la mujer del faraón iba al otro mundo con él, pues le pertenece. Por lo que era enterrada junto con el cuerpo muerto de su esposo. Casos como estos hay miles, pero ese no es mi enfoque hoy. Por le contrario, quiero hablarles de 3 personajes mitológicos femeninos que pudieron hacerse notar en un mundo tan desfavorable para ellas. Mujeres que podrían servir e inspiración para todas aquellas que decidan alzarse contra aquello que las oprime.
FREYJA

En la mitología nórdica existían 3 tipos de divinidades. Estaban los Aesir, dioses emparentados con Odín. Poderosos e implacables. Luego estaban los Vanir, dioses de la fertilidad, la agricultura y aspectos menos llamativos. Por último estaban los Dísir, deidades femeninas destinadas a servir a los dioses de mayor rango. Freyja era una Vanir, pero se ganó tal renombre que vivía entre los Aesir, y comandaba a los Dísir.
Freyja era reconocida por ser la diosa que más pendiente de la humanidad estaba, en el Gylfaginning (libro de la edad prosaica) se habla de cómo escuchaba cada una de las plegarias. Pero eso no es todo, tiene por asistentes a diosas que representaban conceptos tan hermosos como: Sjöfn (el amor), Lofn (las bodas), y Vár (las promesas).
Sin embargo, su característica principal es ser la líder de las Valquirias, Dísir que viajan a los campos de batalla para recoger las alamas de los guerreros, a fin de llevarlos hasta Odín y Freyja. Este es un dato poco conocido, dichos guerreros, llamados Einherjer, son divididos 50 – 50 entre ambos dioses. Los que quedan con Odín van al Valhala, y al Fólkvangr van los que se quedan con Freyja. Eso significa que Odín no era el único que planeaba dar todo de sí en el Ragnarok, ella, nuestra diosa de los gatos también planeaba luchar.
Freya tuvo que luchar en un mundo donde, literalmente, todo lo que implicase debilidad era mal visto: Envejecer, no saber luchar… y ser mujer. No solo consiguió que no se le vea e tal forma, sino que fue más allá. Freyja era respetada, temida y adorada.
BABA YAGÁ

Fea, anciana y deforme. Baba Yagá era la bruja más poderosa de Rusia. Muchas cosas se decían de ella, desde que sus dientes eran de un material que le permitía moler huesos y esgarrar la carne de los niños que comía, hasta que su casa, esa que se levantaba sobre las gigantescas patas de gallina, tenía un techo construido de cráneos humanos.
A menudo era tomada como una villana, una mujer poderosa que controlaba los ciclos del día, tarde y noche y podía pasar del mundo de los vivos al de los muertos sin problema alguno. Sin embargo, existen historias, como la de Basilisa la Hermosa, en la que ayuda al personaje principal a vengarse de su madrastra y las hijas de esta, para finalmente casarse con el Zar. Las especulaciones sobre si el bando que toma Baba Yagá son muchos, pero todos giran en torno a su rol como protectora de las aguas de la vida y la muerte, las cuales tenían el poder curar y resucitar a cualquier ser vivo. Y Baba Yagá ha tenido que enfrentarse a infinidad e aventureros, héroes y villanos que buscaban tan poderos elementos.
A pesar de ser considerado un ser de naturaleza maligna. Es reconocía como uno e los primeros personajes femeninos en salir del estereotipo de «Damisela en Apuros» y «Estándar e Belleza». Baba Yagá era fea, astuta, independiente y tan poderosa como para que muy pocos se atrevieran a intentar conseguir las aguas de la vida y la muerte.
LILIT

Lilit es considerada uno de los demonios de más alto rango. Mencionada en distintas biblias satanistas como «Aquella que engendrará al Enemigo; al Anticristo». Se le atribuye el Glamour -capacidad mágica para atraer a quién desees- más potente, una belleza sin igual y una mente astuta y manipuladora, conocedora de sus atributos y de lo puede generar en quienes gusten del sexo femenino. No por nada es la «Esposa de Lucifer».
Capaz de presentarse en los sueños de los hombres para obligarlos a eyacular y así engendrar a los Lilim, demonios de menor rango que comparten características con su madre. Su poder, maldad e imponencia están completamente fuera del alcance de cualquier humano. Muchos ocultistas, demonólogos y usuarios de la magia recomiendan alejarse de todo lo que implique alguna interacción con ella. Debido a que cosas como la llegada del Apocalipsis podrían estar en juego.
Pero esto no siempre fue así. Pues el origen de tan temible ser mitológico es muchísimo más interesante.
Verán:
Dios creó al hombre y a la mujer. Adán y Lilit eran sus nombres. Adán tenía el deber de ponerle nombre a todas las cosas existentes, Lilit debía ser servicial y obedecer. Adán tenía el deber de multiplicarse y repoblar la tierra, Lilit debía ser servicial y obedecer. Adán debía representar a Dios como el gobernante de la Tierra; hablar de su palabra y procurar que todos lo amen como Él nos amaba, Lilit debía ser servicial y obedecer.
Pero la primera mujer no estaba de acuerdo con ninguna de esas cosas. Así como no estuvo de acuerdo en ir abajo durante la cópula. Y es que no era capaz de entender por qué no podía ir sobre él, por qué siempre debajo… Y no fue hasta que el mismísimo Dios le dijo que así era como debían ser las cosas, que decidió escapar el Edén hacia el Mar Rojo, encontrándose con el mismísimo Satanás, copulando con él y trayendo al mundo a los primeros Súcubos.
Luego, de la costilla de Adán, nació Eva. Mucho más sumisa y conformista.
Quienes cuentan estas historias le atribuyen un carácter malévolo, costumbre que se ha heredado hasta este siglo. Pero tras razonarlo solo un poco podemos darnos cuenta que ella solo quería igualdad. El destino que le aguardó fuera del Edén no se debía a algún “gen” demoniaco. Satanás pudo convertirla en un demonio porque fuera el Edén la protección de Dios no existía.
La lección aquí es: La lucha por la igualdad se ha demonizado desde el inicio de los tiempos.
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